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parque nacional natural cueva de los guacharos

 

Ubicado sobre la Cordillera Oriental Andina, en territorio de los departamentos del Huila y Caquetá, al sur de Colombia, se encuentra el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, primer parque nacional creado en el país, en 1.960, con esta denominación, con el propósito de conservar un bosque andino, flora y fauna única y exuberante y un conjunto de formaciones subterráneas de gran valor geológico.  

El amplio intervalo de altitud que presenta el parque, que va desde los 1.610 hasta los 2.840 metros sobre el nivel del mar, ha consolidado un corredor de transición entre ecosistemas andinos y amazónicos, conservando uno de los últimos reductos de selva andina virgen, que garantiza la continua producción de agua, ayuda a la regulación del clima de la región, purifica la atmósfera de gases como el monóxido de carbono y produce oxigeno, convirtiéndose en un gran pulmón no sólo para la región y el país, sino para el planeta. En 1.980 la UNESCO lo declaró reserva de la Biosfera.

Según el sistema de vida de Cuatrecasas, el parque presenta formaciones correspondientes a: selvas sub-andinas y andinas caracterizadas por abundantes precipitaciones, alto epifitismo y una rica y variada vegetación.  

Dentro de este ecosistemas destaca el bosque de roble negro o morado, que crece exclusivamente en el valle alto del río Suaza, en el interior del parque, especie descubierta y determinada científicamente en 1.979 con base en materiales recolectados en el parque, convirtiéndose en uno de los hallazgos mas importantes de la segunda mitad del siglo XX, en el campo de la fitogeografía.

A nivel de la fauna se han inventariado 292 especies de aves, entre ellas el guácharo, los gallitos de roca y la pava de monte más grande en su genero en Colombia; 60 mamíferos, entre ellos el oso de anteojos, 50 especies de mariposas y gran cantidad de insectos y reptiles, entre las serpientes se destacan la falsa coral y la pequeña tiro, temida por su veneno. 

En el plano geológico el suelo del parque está constituido por rocas intrusivas del triásico jurásico al este, rocas volcánicas intrusivas y extrusivas de edad Jura triásica en el sector nororiental y en el sector de las cuevas, rocas pertenecientes al periodo cretácico medio que se formaron bajo el mar hace mas de cien millones de años, evidencia de lo cual se encuentran en muchos sectores fósiles de moluscos pertenecientes al Albiano Superior y posiblemente del Cenomiano inferior.

El área del parque se divide entre dos cuencas hidrográficas, la del río Fragua, afluente del Caquetá y la del río Suaza.

El río Suaza nace en el parque, cerca de los picos de la fragua. A través de los siglos sus aguas han ido abriéndose paso entre las formaciones rocosas existentes, siguiendo la pendiente, hasta conformar, por erosión, en una morfología karstica, un complejo de cuevas y túneles subterráneos que en su conjunto pueden alcanzar un desarrollo de 11 kilómetros.

De sur a norte, siguiendo el curso del río Suaza se encuentran escalonadas las cuevas de los Guácharos, del Indio, del Hoyo y del Cuadro.

El descubrimiento de la cueva de los Guácharos para nuestra época, se atribuye al Cauchero Evaristo Chaux en 1876, aunque esta ya eran conocida e incluso habitada temporalmente desde tiempos remotos, de acuerdo con la evidencias arqueológicas recogidas en el lugar.

La entrada a la cueva de los Guácharos está formada por una inmensa laja de 20 metros de alto y 25 metros de ancho, su entrada presenta gran cantidad de bloques de piedra, lo que hace suponer que su formación se dio por hundimiento o desprendimiento de la losa superior. Sus paredes externas siempre están húmedas y presentan una precipitación continua.

A veinte metros de la entrada, se encuentra el testimonio de una excavación arqueológica adelantada en 1.972. Gracias al material aquí encontrado se pudo establecer que si bien la población no fue muy densa, la cueva fue habitada de manera temporal o semipermanente por grupos prehistóricos durante el siglo primero antes de Cristo y posteriormente en el siglo séptimo antes de nuestra era. 

En el interior de esta cueva habitan centenares de Guácharos, en una tranquila oscuridad.

El Guácharo fue descubierto y clasificado científicamente en 1.799 por el naturalista alemán Alexander Von Humboldt, en la cueva del valle de Caripe, estado de Mónaco, Venezuela. El fue quien le dio su nombre universal: Steatornis Caripensis.

El guácharo mide aproximadamente 60 centímetros de longitud, 28 centímetros de alto y puede alcanzar hasta un metro 20 centímetros de envergadura. Su plumaje es de color pardo rojizo y por momentos se confunde con el color de la roca donde anidan; la hembra, unos 7 centímetros más pequeña que el macho, presenta manchas blancas en las plumas de sus alas y el macho manchas de color gris metálico.

Sus patas son cortas, quizá atrofiadas por subutilización, prácticamente nunca caminan en el suelo, ni se posan en un lugar diferente a sus nidos, donde sus movimientos son muy pocos.

Se alimentan en pleno vuelo, sin detenerse. El guácharo es la única ave frugívora nocturna del mundo, se alimenta de los frutos de palmeras y lauráceas y en menor grado de pequeños insectos.

El guácharo debe desplazarse cada noche unos 80 Kilómetros, hasta el Caquetá, en procura de su alimento preferido, el fruto de la palma de milpes, de la que sólo asimila su pulpa.

El vuelo del guácharo, que generalmente realiza en la total oscuridad es orientado por un sistema de ecolocalización. Sus vibrisas o bigotes les permite advertir la presencia de obstáculos que le significan peligro.

En épocas de anidación del guácharo, pueden reunirse hasta 5.000 ejemplares en esta cueva.

El guácharo elabora sus nidos en plataformas o terrazas, con material regurgitado en las partes mas altas de la caverna y de muy difícil acceso. Pero hasta ellos llegan con frecuencia predadores naturales, zorros y perros de monte.

El guácharo como ave mítica tuvo un gran papel en la concepción mágico- religiosa del mundo en el pueblo Andaquí. Para esta comunidad indígena, al ser derrotados y relegados a estos agrestes territorios en la época de la colonia, consideraron que el alma de sus guerreros caídos en la batalla se refugiaba en lo profundo de las cavernas y ahí se transformaba en estas aves, sus chillidos eran entendidos como sus lamentos y las motas blancas de su plumaje como las lágrimas de la derrota.

Las aguas tormentosas y de color ferruginoso del río Suaza ingresan en la Cueva de los Guácharos a través de una de las principales atracciones paisajísticas del parque: El puente natural

Este puente, sobre el que crece una vegetación en proceso regenerativo, es el sitio de anidación del gallito de roca.  

El rio Suaza discurre en el interior de la Cueva de los Guácharos a lo largo de 360 metros hasta encontrar sus salida, a su paso arrastra guano y semillas en descomposición que ayudan a incrementar la fertilidad de las tierras circundantes.

Contiguo a la entrada de la cueva de los Guácharos se encuentra la cueva de los filtros que se caracteriza por tener estrechos y laberínticos túneles multinivel.

Al fondo de la cueva se encuentran nidos antiguos, evidencias de que en tiempos remotos, cuando el río Suaza pasaba por estos túneles, los Guácharos también la habitaban. Hoy encontramos en estas profundidades insectos, crustáceos, moluscos y quirópteros.

En el túnel de acceso a la Cueva de los Guácharos, 7 metros por encima del testimonio de la excavación, se encuentra el acceso a la cueva del tigre.

Esta cueva consta de un túnel central que se desarrolla en múltiples galerías y termina en un imponente balcón sobre el río Suaza, donde habitan Guácharos y murciélagos.

Pasando el río, un túnel secundario y paralelo al túnel central de la Cueva de los Guácharos conduce al brazuelo.

El brazuelo, es un brazo joven del río Suaza, que se desprende del río unos 200 metros antes de entrar a la cueva. Esta corriente es subterránea en la mayor parte de su trayecto y dentro de la cueva sigue un nivel varios metros mas bajo que el río. Se prevé que con el tiempo las rocas que forman estos túneles y separan los dos brazos del río, se erosionarán y el cause en su totalidad se desviará para tomar el curso actual de brazuelo. 

A pocos metros de donde sale a la superficie el brazuelo, se encuentra la entrada a la cueva del indio, denominada así en honor del indígena Raimundo Calvache, quien la descubrió y se apropió de ella durante varios años.

El túnel central de la Cueva del Indio tiene una longitud de 700 metros del que se desprenden 11 túneles secundarios, se destacan, el de la columna, el de la ventana y el de las pizarras.

En esta cueva a diferencia de las anteriores, no hay evidencias de anidación de los Guácharos. Aquí, en total oscuridad, habitan centenares de murciélagos y se puede observar una de las especies de insectos endémicas del parque y en particular de esta cueva, la araña pocock.

El suelo de la cueva del indio es bastante irregular, presenta gran cantidad de bloques basculantes producto de los ensanchamientos de los túneles, fracturas de las rocas y desprendimientos de la bóveda superior.

Encontramos también pozos o huecos en el piso formados por disolución de la roca y grandes escalones o desniveles en el piso. Los túneles presentan diversas dimensiones, existen salones inmensos, de 30 o más metros de altura, hasta gateras a las que solo se puede acceder arrastrándose.

En los techos se pueden encontrar chimeneas o agujeros que no alcanzan a salir a la superficie.

El punto más profundo de los túneles se encuentra a 98 metros bajo la superficie de la tierra.

La temperatura ambiente en el interior de la cueva es de 11 grados centígrados, 6 menos que en el exterior. Su humedad relativa es del 100%, debido a la gran cantidad de lagunillas, cascadas y arroyos de su interior.

El principal atractivo de la cueva del Indio y lo que le otorga su mayor valor geológico son las formaciones calcáreas presentes en casi todos los túneles.

Estas formaciones se han desarrollado a lo largo de miles de años por precipitación de los minerales contenidos en las aguas subterráneas.

El agua cargada con carbonato de calcio, disuelto de las rocas calizas, se filtra por las estrechas grietas y los poros de la roca hasta llegar a las bóvedas de las galerías y salones, donde este mineral tiende a adherirse y endurecerse.

En las áreas de mayor filtración se forman verdaderos complejos calcáreos, en los que la imaginación popular de sus ancestrales visitantes han encontrado notables parecidos con objetos, estructuras y personajes de la realidad: así podemos encontrar el pastel, el pesebre, la medusa y el monje...

El carbonato de calcio en estado puro es de color blanco, sin embargo las formaciones calcáreas pueden tener distintos colores, desde un blanco casi transparente, pasando por el crema hasta encontrar tonalidades rojizas, debido a las diferentes impurezas que se pueden encontrar en este mineral.

La cueva del indio presenta un desnivel de 115 metros, entre la parte mas baja, la entrada, y la parte mas alta, la salida que se hace a través de una claraboya.

Siguiendo el curso del río Suaza, encontramos uno de los fenómenos edafológicos más característicos de un paisaje de erosión karstica: El lapiaz.

Con este nombre, lapiaz, se conocen todas la cizalladuras, acanaladuras y agujeros producidos en las rocas calcáreas por la acción disolvente del agua, que en esta zona se presenta en fracturas horizontales y transversales formando cubos casi simétricos.

El lapiaz hoy se encuentra parcialmente cubierto tras un derrumbe de proporciones gigantescas. En esta zona es donde se evidencia con mayor claridad la violencia de la naturaleza.

A pocos metros del sendero central del parque, se encuentra la cueva del hoyo, a la cual se accede descendiendo 25 metros, hasta llegar a una pequeña sala, iluminada por una claraboya.

Esta cueva se caracteriza por la presencia de murciélagos y corrientes subterráneas, es rica en fósiles y formaciones calcáreas.

Varios metros mas adelante el río Suaza atraviesa la cueva del cuadro, que más que una cueva es un enorme puente natural, donde en época de reproducción anidan los guácharos.

A la salida de la cueva del cuadro, el río Suaza recibe las aguas de la cascada los cristales y las quebradas negra y cascajosa antes de salir del parque, rumbo hacia el norte, buscando el Magdalena. 

El parque Nacional Natural Cueva de los Guacharos es un banco de recursos genéticos y un pulmón para el planeta, una fuente de recursos hídricos y un pulmón para el planeta, es un laboratorio geológico y de gran para las investigaciones científicas y la educación ambiental, y un referente obligado para el desarrollo sostenible, económico, social y cultural de la región.